La palabra “paciencia” significa “perseverancia o longanimidad en las pruebas”. “La longanimidad es aquella cualidad de auto-refrenamiento ante la provocación que no toma represalias apresuradas ni castiga con celeridad [rapidez]; es lo opuesto de la ira y se asocia con la misericordia... La paciencia es la cualidad que no se rinde ante las circunstancias ni sucumbe ante la prueba...” (W.E. Vine, Diccionario Expositivo De Palabras Del Nuevo Testamento, vol. 3, pp. 112-113). En cuanto al Maestro por excelencia y Su relación con los apóstoles y otros, veremos que...
- no tomaba represalias apresuradas, ni castigaba con rapidez;
- se mostraba misericordioso (y no iracundo) al tratar con hombres débiles
- no “tiraba la toalla” precipitadamente.
- A los 12 años le vemos en el templo, oyendo y preguntando a los doctores de la ley. (Lc. 2:46-47). Revelo el niño Jesús la naturaleza de Su misión a estos maestros? No, el tiempo todavía no había llegado. Todavía era necesario esperar pacientemente.
- Sin duda el Señor se daba cuenta de la hipocresía y la profesión superficial de algunos de aquellos doctores, Jesús conocía los corazones de los hombres. (Jn 2:25). Sabia lo que había en la mente de los fariseos, del saduceo y del sacerdote, sin contar lo que sabía de los demás judíos. Sabía que algunos de ellos creían y enseñaban cosas falsas. Pero todavía no había llegado Su momento. Tendría que esperar hasta que llegara el tiempo apropiado para enseñarles la verdad, Lc. 4:18,19.
- Sin duda, cuando era adolescente, Jesús deseaba aliviar el sufrimiento de los hambrientos y enfermos. Pero tendría que esperar hasta el tiempo designado por Dios “para dar buenas nuevas” a la gente.
- Tuvo que esperar varios meses hasta que pudiera hablar con los apóstoles acerca de ella, Mt. 16:21.
- Sus enemigos procuraban matarle, Jn. 5:16,18. ¡Por poco Sus paisanos lo consiguen! (Lc. 4:29). No obstante, Su tiempo aún no había llegado, Jn. 7:6.
- .Más adelante Jesús tendría que morir por el hombre pecador. Esta muerte se efectuaría según “el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios” (Hch. 2:23), en el momento exacto designado por el Padre. Ni un segundo antes, ni un segundo después. * Conviene recordar que a Jesús nadie le quitó la vida sino que Él mismo la puso para volverla a tomar, Jn. 10:18. En el momento exacto encomendó Su espíritu en las manos del Padre, Lc. 23:46. ¡Esto es paciencia en sumo grado!
**** Esto no esta escrito, ni preparado por mi, esto es parte de un estudio bíblico titulado: "Las Pisadas del Maestro" El manual no dice quien lo escribió Pero Bendecido sea esa persona por dejar que el Señor Dios pusiera este estudio en su corazón para que lo plasmara en papel.****
Les Bendigo Grandemente
SHALOM!
Milarie Cardona
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